jueves, 17 de febrero de 2011

PABLO PRESENTA SU CÓMIC

Como no sólo de cuadros vive el hombre, aquí os traigo la portada de mi primer cómic, y ya de paso os hablo un poco de él.


Digo mi primer cómic pero más exactamente es mi primer cómic largo, el resto de lo que había hecho antes eran historietas cortas de cinco páginas como mucho.
Trata de un taco de mantequilla que viene del espacio exterior y cae en la Tierra. Lo recogen y lo llevan a un laboratorio, pero se escapa y sale al mundo exterior. Estando por ahí fuera conoce a Manzanilla y a Fresquito, sus compañeros de hazañas.
La violencia y las palabrotas están a la orden del día en cada viñeta, o esa ha sido mi intención. Supongo que faltan escenas de desenfreno sexual y de drogas. Para lo primero tengo la excusa de que el guión no me lo ha facilitado, ya que sólo salen tíos, y la mayoría feos, y tampoco me apetecía hacer escenas de sexo gay, lo siento;  para lo segundo, simplemente que condeno el consumo de drogas en la vida real.
-Ya Pablo, pero...¿y no condenas el uso de la violencia en la vida real? lo digo porque en tus cómics el uso de la violencia por parte de los personajes es realmente gratuito.
-Si, buena pregunta. Pero el hecho de que no haya desfase de drogas es porque la gente suele meter a sus personajes siempre fumando o drogándose como si fuera "cool", y es por eso que no lo hago yo, a mí me parece estúpido, no "cool". Es algo que he visto en Predicador, un cómic que me encanta pero en el cual el personaje principal no para de fumar, y me da la impresión de que sólo lo hace (el guionista/dibujante) por la pose. O también es algo que he visto, fuera del cómic, en corrientes musicales y juveniles como el Punk, cuya cultura ha sido y sigue siendo parte de mí, pero que está marcado por el consumo de drogas, y sólo para dar imagen, dios, es repulsivo. Con este tema me he llevado muchas decepciones, ya que gente que consideraba muy inteligente, como John Lydon, de los Sex Pistols, no sabía mantenerse alejado de algo tan absurdo e innecesario. De aquí pasamos al Straight Edge, una corriente musical, cultural y movimiento juvenil que surgió en los 80, y muy cercano al Punk en muchos aspectos, pero que condenó el desfase de drogas que llevaban a cabo la gente del 77. Su música es igual de dura, y reivindican lo mismo, pero no necesitan de la pose de las drogas para molar, molan porque sí. Y aunque haya muchos grupos punk del 77 que me gusten más que los de hardcore de los 80, estos últimos les dan mil vueltas en lo que a inteligencia se refiere.
Y del Straight Edge pasamos a mis cómics de nuevo. Sin un consumo de las drogas sólo para parecer "cool" vemos que la violencia está omnipresente, y esta violencia la comparo con la energía de la música hardcore de los Straight. Es mi manera de dar energía al cómic, y de dar rienda suelta a mi humor macabro. Además soy consciente de que mi uso de la violencia es tan grotesco o exagerado que nadie va a sentirse incitado a quemar coches, a hacer pogroms o a comprar un arma de fuego para disparar a su hermano rubio tres años menor.
Acabo ya, seguiremos hablando de mi faceta como hacedor de cómics en otra ocasión.

3 comentarios:

  1. por culpa de tu comic yan o p uedo tomar mantequilla , gracias''¡¡

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  2. Eso , ahora compraré margarina y ademas no salen chicas..... que rollo......

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  3. jajaja, que divertido!!, yo lo quiero ver!!!!

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