O sea, que dónde estoy. Estoy en Varsovia, con una beca Erasmus que me dió la facultad donde estudio.
Ya sé que estáis deseando oír sólo historias que giren alrededor de los unificantes temas de sexo, muerte y religión(*), pero también es bueno que os haga una introducción (como en Star wars, que suelta unos cuantos párrafos por el espacio contando el argumento y así acto seguido empieza la canela).
Ofertaban muchos destinos, pero casi ninguno para Europa del Este. Sólo estaban la República Checa y Polonia. También Croacia y Eslovenia, pero los considero balcánicos y por ello menos atractivos por el momento. Yo quería verdaderos fósiles de la ocupación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Una ciudad llena de edificios monolíticos, vetustos y de colores apagados, y cables para los tranvías por todas partes. Muchas cosas me llaman la atención de los países eslavos, aunque la mayoría son estereotipos o cosas del pasado. Pero me la suda. Estoy aquí y no en Madrid, que ya es bastante. Ya es demasiado. Esto es una pasada.
Llegué el día 23 de septiembre y me alojé en el piso de una persona que me lo ofreció en la página Couch Surfing. Es una página en la que te registras y puedes ofrecer tu sofá (es simbólico, puedes ofrecer cualquier cosa para dormir) o puedes buscar a ver quién ofrece su sofá en la ciudad a la que vas. Es para gente que está de paso, suele ser más o menos 3 días de estancia, que puede ser menos o más, depende del dueño entre otras cosas. Es gratis. Yo estuve ahí tres días y lo usé de base de operaciones para encontrar habitación, alquilarla y vivir ahí los siguientes 9 meses, que es lo que dura el año académico. Una cosa interesante es que puedes poner tus gustos y buscar gente afín: así pues, la gente del piso en el que estaba escuchaba lo mismo que yo prácticamente, así que fue muy instructivo porque nos pasamos un montón de música.
Y encontré piso y me instalé. Luego estuve unos días yendo al Oki Doki, que es el hostal para erasmus por antonomasia, para reunirme con gente y salir de fiesta.
Pero bueno, que esto no es un diario. Cuento algunas frivolidades y pa casa: los polacos son muy majos, aunque sus caras no lo reflejen; las polacas son muy majas y sus caras lo reflejan, y no, no están todas buenas. Hay tías feas, bajitas, y morenas con los ojos marrones. Pero hay chicas muy espectaculares. El tema de las discotecas a mí me da mal rollo. En la entrada siempre hay como cinco tanques polacos rapados y vestidos de negro que odian a la gente que está haciendo cola (o eso parece) y hay mucho elitismo: si no vas con camisa, zapatos y pantalones arreglados, es muy fácil que no te dejen pasar. Y si se enteran de que le grupo con el que vas es de españoles, olvídate de entrar. Puede que el español esté de moda y que los españoles les parezcan majetes, pero en septiembre, los erasmus españoles son una plaga de langostas, y Varsovia es su campo de maíz (jajaj, porque son rubitos jajaja...)
Cosas que chocan: tiendas que sólo venden alcohol y que están abiertas 24h. Y también que las farmacias son como minisupermercados, hay gente a todas horas con un carrito comprando medicinas. Es raro, no sé cómo explicarlo. Los coches tienen una preferencia brutal sobre los peatones, cosa que lleva a que conduzcan sin importarles un huevo si alguien está cruzando o quiere cruzar porque su luz está en verde (muchas veces los coches no tienen semáforo, es como un paso de cebra en el que sólo el peatón tiene luz roja o verde).
Casi todos los días veo una o varias ambulancias yendo de un lado al otro. Creo que la mayoría de veces por accidente de tráfico. De hecho, yo estaba un día caminando por el centro con mi mapa y oí un golpe y un grito, y resulta que un autobus, al hacer un giro, embistió a una mujer que estaba cruzando en verde para ella. Vino la poli enseguida y la ambulancia. La toña no fue leve, pero tampoco fue radical. No os preocupéis.
¿Y eso de que son muy religiosos? No voy a decir que no, pero aún no tengo ninguna anécdota que lo haga patente. Sólo que fuí a Correos y una de las funcinarias tenía su despachito lleno de fotos de Karol AKA Juan Pablo II.
Ya tenéis vuestra ración de violencia y religión. Sexo no, que me cansa.
(*) The unifying themes of sex, death and religion, primer LP de Botch, grupo muy recomendable
Me figuro que si algún día das en Varsovia con un laberinto este estará hecho con paredes de cemento armado y no con arizónicas... Me admira tu gusto por el urbanismo soviético. A mí ese urbanismo me asesina la imaginación, me agarra con su guante del KGB y no me suelta. Parece pensado para que no me olvide del mundo en el que vivo. Cómo serán, me pregunto, los lugares de recreo en esa Varsovia fosilizada.
ResponderEliminarMe vienes a visitar y te llevo a un parquecito a que te diviertas con columpios de colores, y así te olvides de la jungla de cemento que construyó Stalin en las calles y las mentes de los polacos... y siempre puedes tirar los cimientos con un flagrante Ferrari mientras te comes un explosivo Kentucky Fried Chicken
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